Nos metimos por caminos entre los campos hasta que vieron un lugar donde dejar el coche. Allí habían un montón de gaviotas, tomando el sol algunas y otras buscando gusanos. Cuando las vi tuve la necesidad de ir detrás de ellas, pero me tenían bien cogida con la correa. Me quedé con las ganas de correr, pero la jefa decía que no quería que me embarrase después de haber ido el viernes a la peluquería. Qué aguafiestas son a veces!!
Nos quedamos allí un buen rato observando las gaviotas y disfrutando de las vistas. Seguro que volveremos!
Un lametazo